miércoles, 8 de julio de 2015

Logos

 El Logos nació en Grecia, y Grecia lo alimentó, primero, con la naturaleza, después, con las ideas y, por último, con ambas a la vez. También lo educó poniéndole unas normas y marcándole unos límites que con el cristianismo olvidó.
 Aquel Logos originario, que pretendía ser y dar razón de los acontecimientos, fue perdiendo sus raíces y olvidándose de sí para pasar a ser, no ya principio y fin, sino sólo medio, instrumento de fines contradictorios, es decir, su pura negación.
 El límite de su decadencia, sin embargo, lo alcanza con la llegada y desarrollo del capitalismo y de su creación más ignominiosa: la Lógica del Mercado, el Logos convertido en pura mercancía.
 Tsipras y Varoufakis han rescatado del olvido aquel Logos originario, pero enfrente se han encontrado con unas personas acomplejadas, acostumbradas a ser oídas sin ser respondidas, que confunden el poder con la verdad y que creen que son las cosas las que dan razón del Logos y no al revés.
 La belleza, la alegría de vivir, la inteligencia, el LOGOS, frente a la fealdad, la amargura, la envidia y el poder del dinero.
 Pero Europa era una diosa griega. Europa es Grecia.

martes, 14 de abril de 2015

Si pudiera



Si pudiera lograr que las palabras cobraran vida, que fueran alegría y tristeza, dolor y gozo, denuncia y no renuncia; si consiguiera expresar en una frase la miseria, la injusticia, o desvelar la bajeza moral del capitalismo escondida tras la máscara de la hipocresía; si fuera capaz de que lo expresado llegara directamente al corazón, a la patria del amor y de la compasión comprometida, entoces sería Eduardo Galeano.