miércoles, 17 de septiembre de 2014

La supuesta muerte de la ideología de género




El título del artículo de Nuria Chinchilla[1] (¡No más lavado de cerebro en Noruega! Desmontan el mito de la ideología de género!) expresa muy bien lo que no debe ser un escrito que se pretende científico. Es más un eslogan propagandístico o un lema político-ideológico. Afirmar que la ideología de género es un lavado de cerebro, es no saber en qué consiste un lavado de cerebro aunque sea metafórico. Pero no es lo peor el título sino lo que se expone a continuación.
Comienza con la noticia -de Diciembre de 2011-  de que el “Consejo Nórdico de Ministros (Consejo Intergubernamental de Cooperación Nórdico: Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca e Islandia) decidió cerrar el Instituto de género nórdico NIKK que estaba situado en Oslo”, y continúa con la exposición de en qué consiste la ideología de género. Para la autora, dicha ideología defiende que “el ser hombre o mujer no es una cuestión biológica sino cultural”. No cabe mayor error conceptual que semejante afirmación. El género expresa unas características que se suponen pertenecientes a un modo de ser de la persona. Una mujer o un hombre pueden ser masculinos o femeninos, sin dejar por ello de ser mujer u hombre. Lo que dice la ideología de género es que el ser masculino o femenino es fundamentalmente cultural, no el ser hombre o mujer.
Como prueba de la “falsedad” de la ideología de género, Nuria señala la desaparición del NIKK después de que un documental de la televisión noruega cuestionara los logros de dicho instituto en lo referente al cambio de actitudes de hombre y mujeres respecto a los estereotipos de género y, más en concreto, a las tendencias profesionales de hombre y mujeres. Pues bien, la verdad o falsedad de la ideología de género no depende ni de la existencia ni de la desaparición de un instituto determinado, de la misma manera que la verdad o falsedad del geocentrismo no dependió de la existencia o desaparición de la Inquisición. De hecho, el instituto desapareció pero no así los Ministerios de Igualdad de Género de los países que lo impulsaron.
La traca final, sin embargo, es digna de las Fallas valencianas. Nuria nos avisa: “Una ramificación de esta ideología (la de la discriminación positiva privilegiada para gays, lesbianas, transexuales y bisexuales) está estos días batallando por ganar en algunos parlamentos autonómicos de España. Lo peor de esta teoría política que se está imponiendo de manera dictatorial con rotunda censura a los que la critiquen, no es que sea mala en sí, es que sea falsa como demostró este documental”. Está claro que la autora no distingue entre sexo y género, entre discriminación positiva y no-discriminación, entre documental y prueba científica, entre dictadura y desacuerdo con sus opiniones…
Lo más preocupante, sin embargo, es que haya personas que se identifiquen con los planteamientos de Nuria, no porque sean de ella, sino porque son radicalmente falsos.


[1] http://blog.iese.edu/nuriachinchilla/2014/07/no-mas-lavado-de-cerebro-en-noruega-desmontan-el-mito-de-la-ideologia-de-genero/